
Una escena que evoca la más antigua tragedia fraterna de la humanidad, relatada en la historia de Caín y Abel, tuvo lugar en el ejido López Huitrón, zona rural de Las Choapas. Este domingo, lo que comenzó como una convivencia familiar terminó convirtiéndose en un episodio de violencia mortal, donde el vínculo de sangre fue eclipsado por la furia.
En este duelo fratricida, Héctor Santiago Aguilar, de 30 años, perdió la vida tras un enfrentamiento con su propio hermano, Ángel Santiago Aguilar, de 26 años, quien resultó herido en la pierna izquierda.
Según testigos, la disputa entre los hermanos escaló hasta que ambos empuñaron armas de fuego, desatando un tiroteo que dejó una huella imborrable en su comunidad. Como si de un relato bíblico se tratara, el campo, testigo silencioso de los días de trabajo y unión familiar, se convirtió en un escenario de tragedia.
LEVANTAMIENTO
Elementos de la Policía Municipal y Estatal, junto con Protección Civil, acudieron al lugar para atender la emergencia y asegurar la zona. Mientras tanto, personal ministerial y de la Fiscalía realizó el levantamiento del cuerpo de Héctor y las diligencias necesarias para esclarecer el origen de esta fatídica disputa.
En un acto que refleja las complejidades humanas y la fragilidad de los lazos familiares, este enfrentamiento deja una comunidad en duelo y la amarga reflexión de cómo la ira y el resentimiento pueden destruir incluso los vínculos más sagrados.
La tragedia de los «Caín y Abel modernos» no solo deja preguntas sobre las causas que llevaron a este desenlace, sino también una advertencia: en ocasiones, la violencia encuentra su camino incluso en los lazos más cercanos.
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